Aprender a escuchar

roberto maján

La impaciencia generalizada y la dificultad para concentrarse por parte de nuestros alumnos hacen que las clases sean mucho menos provechosas de lo que los profes deseamos. ¿Hay alguna manera de que los alumnos realmente escuchen lo que intentamos explicar? Aquí os dejo una interesante estrategia para que los apaches hagan algo más que poner cara de atención, leída en Edutopia 😉

El objetivo no es otro que aprender a desconectar su (¡y nuestro, que a los adultos también nos pasa continuamente!) propio diálogo interior (self-talk) y focalizar completamente su atención al contenido académico que se les presenta. Si los alumnos no son capaces de escuchar de manera efectiva, debemos enseñarles a hacerlo.

Para ello es necesario hacer explícitas las estrategias cognitivas que los ayudan a aprender, enfatizando el hecho de que ellos son los responsables de su propio comportamiento y aprendizaje: esto es,a los alumnos «eficaces» no les cae el aprendizaje del cielo, sino que utilizan unas estrategias que el resto también puede aprender. Pienso al escribir esto en una de mis alumnas que atribuye cualquier respuesta correcta de otro a «es que Fulanito es Fulanito y así no vale»… Muchos de los problemas de los alumnos durante el proceso de aprendizaje radican, precisamente, en la incapacidad de escuchar de forma eficaz (ni hablar de los problemas de pareja que surgen de esa incapacidad,¿verdad?)

Anatomía y psicología de la Escucha

Lo primero que debemos saber es cómo el cerebro procesa el sonido que tenemos alrededor. El recorrido que realiza el sonido desde que lo oímos hasta que es decodificado tiene lugar en una parte específica del córtex, que procesa el estímulo sonoro. Está situado a ambos lados del cerebro, en la parte superior de los lóbulos temporales y trabaja tanto en el desarrollo del lenguaje en los bebés como en el deleite de una asombrosa sinfonía.

El principal obstáculo para una escucha eficaz es el ruido. El aula suele ser una cacofonía de voces de los estudiantes, del profesor, de sillas arrastrándose, papeles, lápices que se caen, puertas abriéndose y cerrándose, golpes…En fin, nada que no pase en nuestra clase cada hora. Si el cerebro es capaz de «silenciar» toda esa banda sonora para concentrarse en la tarea que tiene por delante, ningún ruido podrá distraerlo.

Lo malo es que el «ruido» también está dentro del cerebro de los alumnos: desde una melodía machacona,  ensoñaciones hasta la incómoda duda sobre su propia capacidad para entender un nuevo concepto o completar la tarea que se le pide. Aquí es donde entra la estrategia «HEAR» («oír», en inglés), pensada para ayudar a los estudiantes a reconocer y bloquear el ruido y centrar su atención en la escucha.

H-E-A-R

Como ya dijimos al principio de este artículo, la estrategia debe ser explícita: es decir, los alumnos deben saber los pasos de la  misma y practicarla. También debemos enfatizar por qué es tan importante …y que deben trabajar duro para adquirir esta habilidad tan esencial para el aprendizaje.

La estrategia de HEAR tiene cuatro pasos:

  • Halt: Stop! (¡Alto!) Para cualquier cosa que estés haciendo, termina tu diálogo interior y otros pensamientos, «libera» tu mente y presta atención a la persona que está hablando.
  • Engage: (¡Engánchate!) Céntrate en la persona que habla. Te ayudará también tu cuerpo, gira ligeramente tu cabeza, de forma que tu oído derecho se dirige al que habla. Eso te recordará que debes estar «enganchado» nada más que al que está hablando.
  • Anticipate: (¡anticípate!) Piensa en lo que crees que te van a contar, así te aseguras de que vas a aprender algo nuevo e interesante que captará tu atención (seguro que también sabes algo sobre el tema, nunca empiezas completamente de cero).
  • Replay: (¡vuelve a pasar la película!) Piensa en lo que te están diciendo. Analiza y parafraséalo (es decir, intenta repetir lo que el profe está diciendo, pero con tus palabras) en tu cabeza y luego con un compañero de clase. Esto te ayudará a comprender y recordar lo que acabas de aprender.

Al principio, el profesor debe guiar esta estrategia con numerosas demostraciones y recordar en voz alta a los alumnos cuándo es momento de «HEAR». Con el tiempo, se convertirá en algo automático. Probablemente, tengamos también que recordarles que aprender a escuchar bien es duro, pero que convertirse en «genios de la escucha» les beneficiará en todos los aspectos de nuestra vida: en la escuela, en las relaciones personales y  también en el trabajo.

Y unas palabritas para ti, profe

Te dejo unas cuantas preguntas para que pienses:

1. ¿Estas estrategias cognitivas, como la de la escucha efectiva, forma parte de tu programación?

2.  ¿Qué crees que pasaría con el aprendizaje, si en tu clase los estudiantes fueran unos «genios de la escucha»? Bueno, también nos conformaremos si se quedan en «escuchantes eficaces» 😉

3.  ¿Cómo utilizarías (con las modificaciones necesarias) la estrategia HEAR en tu clase?

Ilustración de Roberto Maján

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